El equipo azul no ha podido acabar el año con una victoria ante su parroquia. Se dio la cara en la primera mitad, pero una segunda parte plagada de imprecisiones en los contragolpes, acabaron por sepultar las opciones aragonesas.
Los primeros treinta minutos los de Demetrio Lozano mantuvieron la cara durante todo momento, con un Pedro que en la labor de pivote rayó la perfección. Sin embargo, en la segunda parte el oficio de los de Villa Aranda hizo naufragar todas las opciones mañas.
No bastó que Demetrio Lozano lanzara su brazo una y otra vez. No se supo aprovechar una superioridad de hasta dos jugadores para recortar las diferencias y eso se pagó.
Al final derrota que mantiene a los aragoneses en la última posición, pero con un mérito tremendo pese a todas las dificultades.